El edificio original, convertido en convento en el año 1950, se originó en 1929 como reconstrucción luego de un incendio en 1928. En la actualidad, ha sido sometido a tres procesos de adecuación programática, como dependencias de Seminario Capuchino, Gobierno Regional y Universidad; que han resultado en transformaciones interiores y exteriores.

El concepto de la restauración, propone habilitar los interiores para el Palacio de la Cultura, a través de la relación con el patio central, en función de un gran espacio de infraestructura cultural, con salones multiuso permeables, espacios amplios e iluminados y circulaciones interiores con una exposición permanente de murales.

Los exteriores son intervenidos para funcionar como espacio público complementario a los usos culturales del Palacio, en conexión con la Zona Típica de la ciudad.